Congreso ADLAF 2016

Violencia y Desigualdad | Gewalt und Ungleichheit

del 23.06.2016 al 25.06.2016

Fundación Friedrich-Ebert, Berlín

Imagen: Fundación Friedirch-Ebert

Por Anika Oettler, Jana Dreier, Johanna Frommelt, Jenny García R., Milena Hardt, Angelika Hörner, Dorothea Horas, Anna Leiberich, Laura Leszinski, Miriam Knausberg, Joana Klug, Melanie Markus Felicitas Menges, Alina Rörig, Kathrin Schmid, Franziska Valerie Stahl, Universidad Philipps de Marburgo

En los últimos años, América Latina ha sido ampliamente vista por el público mediático alemán. Dado que el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la UE («Brexit») dominó los titulares locales el 23 de junio de 2016, la firma del acuerdo de alto el fuego en Colombia se mantuvo inicialmente como una nota al margen. En Berlín, la noche del 23 de junio de 2016, José Pepe Mujica, senador y expresidente de Uruguay, apareció como invitado de honor en la ceremonia de apertura de la conferencia «Violencia y Desigualdad». La conferencia de la Asociación Alemana de Investigación Latinoamericana (ADLAF), organizada por la Friedrich-Ebert-Stiftung, abordó la violencia y la desigualdad como dos problemas que, a pesar de las importantes diferencias intrarregionales, se encuentran entre los desafíos centroamericanos del siglo XXI.

José Pepe Mujica es considerado uno de los pocos presidentes que no solo defiende un estilo político de izquierda coherente, sino que es creíble, en particular, por su estilo de vida realista. En su contribución, también criticó los excesos de la «civilización del despilfarro» y preguntó cómo es posible que haya personas que paguen 10 000 dólares por tres cuartos de litro de vino. Sus comentarios fueron un firme llamamiento para que los problemas actuales se consideraran en el contexto histórico de las «venas abiertas de América Latina». La desigualdad social y la concentración de la riqueza son problemas endémicos en una región que, incluso en el siglo XXI, vende principalmente productos primarios. Como un acontecimiento amenazante del pasado reciente, identificó en particular el desarrollo del tráfico de drogas, que está asociado a una brutalización hasta ahora desconocida. Al mismo tiempo, Mujica también dejó en claro a 500 oyentes que el requisito previo para poder cambiar las circunstancias reside en las propias acciones. Y es esta actitud filosófica la que convierte al exguerrillero, preso desde hace mucho tiempo, floricultor y presidente en una figura de culto.

La cuestión de qué tienen que ver la violencia y la desigualdad actuales con el pasado también fue el inicio de la discusión del 24.6. La primera sección exploró los aspectos de la persistencia y el cambio en la violencia y la desigualdad en varios contextos locales.

JEFFERSON JARAMILLO MARÍN (Bogotá) abordó la reevaluación historiográfica institucionalizada de la violencia colombiana, que ya ha producido una avalancha de publicaciones que reflejan varios puntos clave de los discursos hegemónicos incluso antes del final del conflicto armado.

SILKE HENSEL y STEFAN RUDERER (Münster) analizaron el papel de los actos de violencia y su legitimidad en la construcción estatal de Argentina y México para mostrar cómo el colapso del Imperio español estuvo vinculado a diferentes luchas por la independencia y patrones de legitimidad.

HANNES WARNECKE-BERGER (Leipzig) se centró en las continuidades y los cambios de la violencia en Centroamérica y el Caribe. Utilizando los ejemplos de El Salvador y Jamaica, se discutió el desarrollo histórico de las prácticas violentas y se propuso analizar las estructuras de poder horizontales y verticales en las que los actores violentos interactúan con los actores.

Dado que el examen de la cultura del recuerdo y la política del pasado ha sido un tema central de investigación en y sobre América Latina durante algún tiempo, las contribuciones de la segunda sección abordaron la memoria colectiva de la violencia masiva, las dictaduras y las guerras civiles pasadas (y presentes).

ELISABETH BUNSELMEYER (Hamburgo) habló sobre los efectos locales de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y el programa de compensación en Perú. Se preguntó si se trataba de mecanismos adecuados para reducir la desigualdad social y lograr la reconciliación, porque en muchos contextos locales, la práctica de la compensación había aumentado la insatisfacción, la envidia y el resentimiento.

ROSARIO FIGARI LAYÚS (Marburgo) aborda la cuestión de cómo se abordan la violencia sexual y la desigualdad de género en el contexto de las comisiones de la verdad, los procesos de reparación y los procedimientos judiciales. Basándose en los casos de Argentina, Guatemala, Perú y Colombia, investigó el desarrollo y las brechas en el procesamiento sensible al género en el marco de los procesos de aprendizaje transnacionales.

ANNE HUFFSCHMID (Berlín) abordó la contribución de la antropología forense a la justicia transicional en México y Argentina. La desaparición forzada de personas es una táctica común utilizada por los gobiernos y las organizaciones delictivas en América Latina. Anne Huffschmid sostiene que esto excluye a las víctimas del mundo social y las priva de su condición de seres humanos. La antropología forense restaura este estatus devolviendo a las víctimas su identidad.

Siguiendo con lo que él considera el auge imperante en la cultura del recuerdo, STEFAN PETERS (Kassel) se centró en la tensión entre la desigualdad social, la memoria y el olvido. Para ello, investigó la cuestión de a quién se escucha en los procesos de memoria, qué recuerdos y voces se silencian, y cómo estas últimas pueden tenerse en cuenta en la investigación académica utilizando un enfoque interseccional.

Las contribuciones de la tercera sección giraron en torno a la cuestión de cómo las situaciones problemáticas, las prácticas sociales y las opciones de acción difieren en las diferentes áreas geográficas y sociales.

ANA FANI ALESSANDRI CARLOS (São Paulo) criticó el vínculo discursivo dominante entre el crimen y la violencia y llamó la atención sobre la contradicción entre la banalización de la violencia en los medios de comunicación y una cultura simultánea de miedo y aislamiento social. También habló sobre el desarrollo de la violencia en un contexto de concentración de la riqueza, la destrucción de empleos y el desmantelamiento de las estructuras del estado de bienestar.

JOHANNA HÖHL (Heidelberg) abordó el «conflicto mapuche» en el contexto de la lucha por los recursos naturales y los territorios en la Araucanía (Chile). Al hacerlo, aclaró las conexiones entre los diversos actores (la población mapuche, el estado chileno, los empresarios, los agricultores y los ciudadanos) y sus intereses a nivel local, regional, nacional y mundial.

JOSÉ LUIZ RATTON (RECIFE) se centró en el mercado del crack en su artículo sobre los mercados de drogas en Recife (Brasil), ya que tiene un nivel excepcionalmente alto de violencia y desigualdad. No solo hay que tener en cuenta el contexto socioeconómico de los consumidores, sino también la relación específica entre los pequeños y grandes traficantes y la presencia de una fuerza policial corrupta.

DOMINIK HAUBRICH y RAINER WEHRHAHN (Kiel) analizaron las prácticas urbanas cotidianas de vigilancia de la clase media en los distritos de Jabaquara y Butantã (São Paulo, Brasil) desde una perspectiva teórico-práctica. Muestra cómo las prácticas de interacción, prevención y control, en particular, están vinculadas a la percepción de la violencia y la incertidumbre.

SONJA WOLF (Ciudad de México) abordó el desarrollo de Maras Salvatrucha y Barrio 18 en El Salvador y abordó la influencia de las pandillas callejeras en las escuelas públicas, que crean una atmósfera de miedo y conducen a más problemas sociales.

HEIDRUN ZINECKER (Leipzig) también analizó las maras y consideró la dimensión translocal de las maras de América Central y del Norte, que ahora también se han extendido a Sudamérica y Europa. En su presentación, se centró en la producción de espacio a través de la violencia: si bien el espacio «exterior» y visible de las maras se extiende desde el punto de vista translocal, el espacio «interior» para las maras desempeña un papel importante en la percepción de la protección, el hogar y la pertenencia.

La cuarta sección se dedicó al procesamiento y la representación performativos de la desigualdad y la violencia y discutió las prácticas de puesta en escena, actuación y percepción.

En su presentación, MÁRCIO SELIGMANN-SILVA (Campinas) se centró en la poética especial de artistas latinoamericanos seleccionados de las últimas décadas. Se centró en particular en la relación entre las formas de expresión artística y las formas de violencia que representan, así como en la importancia del arte como pionero en la reapropiación del poder.

GÜNTHER MAIHOLD (Berlín) presentó a dos santos populares mexicanos no reconocidos por la Iglesia Católica —La Santa Muerte y Jesús Malverde— y explicó la propagación de la veneración a través de las fronteras nacionales en el contexto de las redes delictivas y la ilegalidad. A pesar de la proximidad con la delincuencia, abogó por una interpretación de ambos santos populares como instrumentos para superar (simbólicamente) la desigualdad social, ya que los personajes tratan a todas las personas por igual y reciben protección a cambio de veneración y oraciones.

MARCELA SUÁREZ ESTRADA (Berlín) se centró en el colectivo feminista Rexiste en México como una forma de protesta social digital. Hizo hincapié en que la difusión de las redes sociales crearía nuevas formas de protesta y movimientos sociales. Como ejemplo, citó un avión no tripulado de Rexiste, «la droncita», que el colectivo utilizó para filmar sus acciones de protesta y distribuirlas en forma de vídeos en las redes sociales.

RAINA ZIMMERING (Bogotá) investigó el significado y el contenido de las pinturas murales zapatistas en México y sus cambios a lo largo del tiempo. Los murales son elementos centrales de la resistencia pacífica y las estrategias asociadas de discurso público y libre de reglas y de visualización de modelos alternativos de sociedad.

La presentación de REBECCA WEBER (Siegen) se centró en la situación de las mujeres chilenas a partir de las obras literarias «Vaca sagrada» (1991), «Mano de Obra» (2002) y «Fuerzas especiales» (2013) de Diamela Eltit. Llegó a la conclusión de que el cuerpo femenino —tal como se describe en estas obras— aún está determinado por su género y que la situación social y económica de las mujeres solteras sigue siendo extremadamente precaria.

La quinta sección se centró en la cuestión de cómo el estado aborda la violencia y la incertidumbre en el contexto de la desigualdad social.

MARLON HERNÁNDEZ-ANZORA (El Salvador) abordó la respuesta del estado salvadoreño al fenómeno de las maras y describió seis fases de la acción estatal. Sus comentarios se centraron en las consecuencias de la estrategia de negociación menos transparente (2012-2014) y la actual estrategia militar antiterrorista. En este contexto, se reflejaron las implicaciones de la situación para el estado de derecho, la democracia y la paz en El Salvador.

ANGELIKA RETTBERG (Bogotá) presentó un resumen de los resultados de las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC desde 2012. Analizó los intereses de las partes involucradas y llegó a la conclusión de que los próximos años serán cruciales para una paz duradera, ya que los actores nuevos y antiguos deben ponerse de acuerdo dentro de marcos legales e institucionales nuevos y antiguos en un contexto de recursos limitados.

SÖREN WEISSERMEHL (Kiel) habló sobre el conflicto en torno al proyecto de la central hidroeléctrica de Belo Monte (Brasil). Partiendo de la idea de desposesión desarrollada por Butler & Athanasiou, se centró en la violencia psicológica contra los afectados, quienes tuvieron que abandonar sus hogares debido a las inundaciones y, por lo tanto, también tuvieron que renunciar a sus medios de subsistencia.

En la ronda final, moderada por DETLEF NOLTE, con Jefferson Jaramillo Marín, Ana Fani Alessandri Carlos, Márcio Seligmann-Silva y Marlon Hernández Azora, el debate sobre el nexo entre la violencia y la incertidumbre —gracias en parte a algunas intervenciones del público— volvió a cobrar fuerza. Se abordó la cuestión de la continuidad histórica y la relación entre opulencia y miseria, así como la lógica del consumismo. En particular, el concepto de violencia en sí mismo se negoció en el contexto de un amplio espectro de violencia emancipadora, legítima, ilegítima, no negociable, criminal, visible, invisible, física y simbólica. Aquí quedó claro que toda crítica de la violencia está vinculada a una idea específica del carácter de la violencia. En este contexto, también se cuestionó la distinción entre violencia y desigualdad establecida en el título de la conferencia y se señaló, en el espíritu de Galtung, que toda desigualdad era violencia. ¿Qué conclusiones prácticas se pueden extraer para la paz y la convivencia? En la ronda final, se abordó una amplia gama de temas (impuestos, modelos de desarrollo, espacios sociales, políticas de drogas, cultura democrática), dejando en claro que no se trata de un debate sobre los desafíos clave de la actualidad que deba llevarse a cabo en la torre de marfil académica.

Un corto vídeo resumen del discurso de José Mujica (ocho minutos de duración) está en español (https://youtu.be/stVynGV9cCo) y con subtítulos en alemán (https://youtu.be/BH5zShVacwU) — y también una versión en vídeo de una hora en español (https://youtu.be/dwqCVKbaUPo).

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